Pozo San Luis (La Nueva)

El paulatino abandono de las minas de montaña a causa del agotamiento de los yacimientos lleva en 1928 a iniciar la profundización del Pozo San Luís por Carbones La Nueva reemplazando así la antigua explotación en horizontal, propia de las minas de montaña, por la extracción vertical de mineral.

Esta profundización concluye en 1930. De esa fecha es la casa de máquinas y el castillete, siendo la primera una de las más singulares y mejor conservadas que existen en la actualidad. Tiene una fachada principal de tres cuerpos, con el central subdividido asimismo en tres calles.

La calle central y los cuerpos laterales acaban en frontones escalonados. Los cuerpos están separados por pilares que se coronan en pináculos barrocos de zinc. La cubierta es de este mismo material. Destacan también los adornos cerámicos de la fachada.

La máquina de extracción, fechada en 1929, está en perfectas condiciones pues ha estado realizando las labores de mantenimiento del Pozo Samuño hasta su cierre en 2002. Detrás de la casa de máquinas se encuentra el socavón Isabel, una bocamina de 1904 que daba entrada a uno de los pisos de la mina de montaña anterior al pozo.

Las instalaciones del pozo se completan con otros edificios auxiliares como la casa de aseo, los talleres y la fragua, las oficinas, la lampistería, etc. Las instalaciones del San Luís permanecen en funcionamiento hasta el año 1969, fecha en la que HUNOSA, propietaria por aquel entonces de las mismas, deja de explotarlas. A partir de estos momentos el Pozo San Luís pasa a realizar funciones auxiliares.